Cada día hay más escape rooms a lo largo del mundo. Estadísticamente, en cuanto acabes de leer este post habrán abierto 10 nuevos escapes.
Cada empresa marca sus juegos con una medida de dificultad distinta, algunos puntúan de 0 a 10, otros miden el porcentaje de dificultad de 0% a 100%, otros (en los que nos incluimos) utilizan dibujos de candados o tuercas en una escala de 1 a 5… Los hay incluso que simplemente dicen «Fácil» o «Difícil».Con esto queremos decir que hay mil millones de formas distintas para medir la dificultad y sin embargo no hay ningún estándar.
Es muy posible que un juego de dificultad 100% sea mucho más fácil que un juego de dificultad 3 sobre 10.
¿A que se debe esto?
Muy sencillo, cada empresa mide la dificultad de sus propios juegos siguiendo diferentes criterios y existen varias formas de «dificultar» un juego de escape. Aquí pondremos algunos ejemplos de los más usados:
Un juego con alguna prueba más difícil de lo normal o con una asociación «rara» que puede llegar a obstaculizar llegado el momento.
Juegos que dependen en su mayoría de pruebas de habilidad (seamos honestos, no todos somos hábiles).
Un montón de pruebas vinculadas y «fáciles» pero suficientes para estar toda la hora trabajando.
Varias pruebas que se pueden resolver simultaneamente. Esto obliga al equipo a separarse, en caso de que no lo hagan estarán perdiendo un valioso tiempo.
Pocas pruebas pero muy difíciles de asociar (Posiblemente un mal diseño del juego)
En el caso de The Paradox Room nos basamos en cómo el equipo deberá organizarse para llevar a cabo su objetivo.
De un juego de escape no escapan los más listos sino los mejor organizados
#ParadoxConsejo
Muchos de nuestros clientes decidían jugar a la «La estación Gato Negro» en su primer escape pese a tener una advertencia indicando no ser recomendado para principiantes ya que «buscan un reto difícil». La dificultad en un juego de escape no está puesta al azar. Elegir el juego más difícil como primera opción no es una buena idea.
Lo que suele pasar la primera vez que se juega es que se pierden los primeros 10, 15 minutos contemplando la habitación y asimilando como hay que poner a trabajar el coco ya que nunca habéis hecho nada parecido. En los juegos con un mayor nivel de dificultad estos primeros minutos perdidos seguramente fuesen muy necesarios al final y ya no hay manera de volver a recuperarlos.
Por otro lado, haber jugado a muchos escapes no hará ni de lejos que juguéis mejor ya que al fin y al cavo cada escape es distinto. Lo que está claro es que en los juegos de escape como en otras facetas de la vida, la experiencia es un grado.
Un juego dificil de una empresa es un juego fácil en otra
Esto es muy cierto, cada empresa tiene su propia vara de medir, nosotros siempre recomendamos que ante la duda preguntéis a dicha empresa, incluso podéis preguntarle la comparación de la dificultad con otras salas que hayáis jugado. Estamos seguros que de esa manera os orientarán mejor en vuestra elección de juego.
La idea de un Escape Room no es que os frustréis, sino que el juego se adapte a vuestro nivel.
